Este martes 3 de diciembre, Kate Middleton ha regresado por todo lo alto al trabajo junto al príncipe Guillermo para recibir al emir de Qatar y a su esposa en su visita de Estado a Reino Unido de dos días. Se trata de la primera vez que la princesa de Gales participa en un compromiso tan importante como este desde que comenzó su tratamiento contra el cáncer.

El emir Tamim bin Hamad Al Thani y su esposa, la jequesa Jawaher bint Hamad bin Suhaim Al Thani, han sido recibidos, en el hotel londinense en el que se hospedan, por el futuro monarca británico y su esposa en representación del rey Carlos III. Después se han trasladado al Horse Guards Parade, donde se ha celebrado una tradicional ceremonia de bienvenida en medio de un espectacular despliegue de pompa y boato con la Guardia de Honor y la Guardia de Galeses.

Tras la ceremonia de bienvenida, donde ya ha estado presente el soberano, Kate ha viajado hasta el Palacio de Buckingham para unirse a la comitiva real en su almuerzo privado. A lo largo del día, también está previsto que visite la exposición de objetos qataríes de la Colección Real, asumiendo más deberes reales de los que se creían. Sin embargo, se perderá el deslumbrante banquete de Estado de la noche de este martes. Esta velada será la última que se celebre en Buckingham hasta 2027, ya que se está enfrentando a una de las mayores remodelaciones de su historia. Después, todas las visitas de Estado, cenas de gala y otros actos ceremoniosos se llevarán a cabo en el castillo de Windsor.

Mientras tanto, la reina Camilla se ha visto obligada a reducir su participación en la visita de Estado debido a la infección en el pecho que padece desde hace ya un mes, un problema de salud por el que canceló casi todos sus compromisos. De hecho, ha acudido directamente a Buckingham, perdiéndose la bienvenida ceremonial. Ha sido allí donde ha dado más detalles de su indisposición: ha tenido neumonía.

Para este acto tan importante, Middleton se ha decantado por un total look en color burdeos -en homenaje a la bandera de Qatar-, botas altas, abrigo y guantes para resguardarse del frío y un collar de perlas de estilo choker, el mismo que usó en el funeral de la reina Isabel II.

Esta reaparición supone un paso positivo en su regreso gradual a las funciones públicas tras el diagnóstico de cáncer. Se produce pocos días antes de que la princesa celebre su servicio anual de villancicos en la Abadía de Westminster el próximo 6 de diciembre.

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