La relación de Christian Gálvez y Patricia Pardo fue toda una sorpresa cuando se hizo pública, un huracán informativo que no tardó en calmarse cuando sus protagonistas optaron por dejar las cosas claras y mostrar su relación con naturalidad, sin alardes, pero sin secretos. El tiempo les ha dado la razón y ahora está más que consolidada, sobre todo tras su boda y el nacimiento de su primer hijo en común, un niño al que llamaron Luca. 

Ahora son una familia numerosa junto a las dos hijas que Patricia aportó a la relación, fruto de su matrimonio con Francisco Márquez, de quien se separó en el año 2020 como ella misma confirmó en una entrevista con la revista Pronto, aclarando así los rumores que señalaban que su actual relación podría haber influido en el final de su matrimonio. 

“Yo estaba divorciada desde el 2020. No me separé, como han dicho, en el verano del 2021, y quiero aclarar que no conocía a Christian cuando me divorcié. Los que se inventan las cosas hacen mucho daño", explicó la periodista, zanjando así el tema. La pareja lleva una vida discreta y feliz en familia, compartiendo su nuevo hogar en el que hay espacio para todos, para Luca, Aurora y Sofía. 

Tras unos meses de alquiler, la familia ya puede vivir tranquila en el que es su nuevo hogar, un chalet en la zona norte de Madrid que se estima que les ha podido costar más de un millón de euros. La pareja ha decidido dejar de vivir de alquiler en el adosado de tres pisos donde la revista Lecturas anunció que estaban viviendo, para pasar a esta nueva ubicación, más permanente y en propiedad, tal y como informó Semana hace un tiempo. 

Fue la propia revista la que proporcionó más datos sobre la nueva vivienda de la pareja, que ya compró una casa en Galicia, en la ría de Betanzos. Esta vivienda en la capital tendría unos 500 metros cuadrados, cinco habitaciones (todas ellas con terraza) y un sexto dormitorio de servicio. Contaría también con un porche y un jardín privado con piscina, además de la de la comunidad. 

La casa tendría, siempre según el citado medio, un salón de más de 40 metros cuadrados, con una gran chimenea y una cocina amplia y luminosa, con puertas acristaladas que la separan del comedor. Tendría también sótano, espacio de garaje para cuatro coches, salón de juegos y zona de lavadero, además de todas las zonas comunes correspondientes a la comunidad, como la piscina de la que hablábamos antes, un área de juegos infantiles, gimnasio y dos pistas de pádel.

Sin duda una gran inversión para la pareja, que parece tener más que presente la comodidad de toda la familia y que todos los miembros puedan tener su propio espacio, tanto las hijas de Patricia, como el nuevo miembro de la familia, que seguro que ha llenado la casa de risas y alegría.