Mario Mandzukic ha vuelto a ser ese killer que mantiene intactas las posibilidades de calificación de Croacia en un grupo en el que partían, a priori, como terceros. Y ha sido con un gol de verdadero cañonero. Jugada por la izquierda del defensor Ivan Strinic, balón bombeado, internada de Mandzukic, se acomoda el balón y fusila al más puro estilo de delanteros de potencia y físico portentoso como los Van Nistelrooy o Van Basten holandeses.
Desconocido, no entraba en las quinielas, pero Mario Mandzukic ya forma parte del álbum de recuerdos de esta Eurocopa. Le ha hecho un gol a Buffon. Un tanto decisivo para su selección, que sigue soñando con la clasificación en uno de los grupos más complicados, y también porque le ha hecho un gol a su ídolo de toda la vida.
Según declaraciones de Mario al diario croata '24 Sata' antes del partido, "Buffon me inspiró cuando era un niño, por él decidí ser jugador de fútbol". Una semana de sueños para Mandzo. Su padre le pidió antes de partir a Polonia que hiciera el favor de meter un gol de cabeza. Pues le hizo dos a Irlanda. Y ahora, un gol a su ídolo, Gigi, el mejor portero del mundo.
Un catálogo de cualidades las de Mario Mandzukic, que los dos tantos que le hizo a Irlanda fueron con la testa, que le confirman como una de las revelaciones de esta Eurocopa (su nombre ni siquiera salía en las guías) y como posible fichaje millonario del verano.
Y todo esto casi de casualidad, Mandzukic puede jugar también de interior izquierdo o centrocampista. Una lesión inesperada de su compañero Ivica Olic le colocó de delantero centro y no defraudó ni un segundo: el primer gol que metió fue el sexto más rápido de la historia de la Eurocopa.
Mario´s connection
No en vano, el técnico del Bayern de Munich, Jupp Heynckes, ya ha mostrado su predilección por este joven croata para que acompañe a su todopoderoso Mario Gómez en la delantera. Y el ex técnico del Real Madrid se ha fijado en él con gran ojo clínico. Esta temporada, en el Wolfsburgo, Mario Mandzukic ha marcado doce goles. Pero la verdadera atracción y caramelitos de la Bundesliga han sido tipos como Huntelaar, Podolsky o nuestro Raúl González, que finalmente ha partido a tierras cataríes.