Según la Guardia Urbana, los organizadores del evento, Barcelona con la Selección, no disponían de los permisos necesarios para la instalación de la pantalla expedidos por el Ayuntamiento. Para lo que si tenían permiso, en este caso de la Generalitat, era para hacer una concentración de apoyo a la Selección Española.
Las noticias eran contradictorias y los seguidores de La Roja decidieron esperar a ver qué pasaba. Cincuenta minutos más tarde apareció un camión que portaba la pantalla para ver el partido.
El caso es que entre la expectación, las órdenes que quería hacer cumplir la Guardia Urbana y las protestas de los organizadores los que tenían que traer (y montar) la pantalla no pudieron hacerlo a tiempo. Llegado el descanso, los seguidores de La Roja que se concentraban en Plaza de Cataluña seguían esperando para ver a la selección.