En el primer minuto De Gea ya tocó dos veces el balón. Los presagios no eran buenos para España, incluida la abundante lluvia que caía sobre París. Llegaba así la primera oportunidad seria de Eder tras una jugada entre líneas de Italia que tras infinidad de pases se juntaba con cinco hombres en el área española.
La Roja parecía desdibujada y ni siquiera lograba controlar la posesión ante una sorprendente azzurra.
Llegó lo que tenía que llegar, primero en un balón parado al área que cabeceó Pelle y después en una chilena de Giaccherini, que fue invalidada por falta, De Gea sacó dos manos salvadoras en lo que pudo significar el primer gol de Italia.
Tardó en llegar la ocasión española. A base de balones arriba, uno le cayó a Nolito, caracoleo el gaditano para soltarla frente al punto de penalti y que Fábregas la pegara a romper. Chocó el balón contra el muro italiano que no descuidaba su defensa a pesar de la superioridad inicial.
España no estaba cómoda y sufría con cada acercamiento rival. A pesar de jugar con tres centrales, la azzurra metía en su campo a La Roja y cada vez ponía más hombres en el área. Pasada la media hora, una de las muchas faltas que tuvo que cometer España la botaba Eder para que De Gea rechazase y Chiellini, muy atento, agarrase la pelota para ponerla en el fondo de la red y anotar el primero para Italia.
La Roja estaba ko, superada en todas las líneas por una irreconocible selección italiana. Desdibujada en defensa, sin pólvora en ataque y perdiendo la posesión, España suspiraba para que el árbitro pitase el descanso.
Aun así a De Gea le quedaba un susto. Un caño de De Rossi a Iniesta, lo que faltaba por ver, fue el inicio de una contra que hacía llegar el balón a Giaccherini en la esquina del área. El juventino cruzó el balón hacia dentro y lanzó un derechazo que obligó a otra gran intervención del portero español. Fin de la primera mitad, y gracias porque España estaba hundida.
Del Bosque buscaba recuperar el partido con el cambio de Aduriz por Nolito. Dos delanteros y más gente en el centro del campo para encontrar una remontada que parecía imposible. Máxime cuando La Roja seguía haciendo aguas en defensa, cada acercamiento azul era de peligro.
Cuando parecía que España se soltaba la presión y empezaba a dominar, incluida una ocasión de Morata, Italia cambió sus armas por el contrataque. Allí aparecía Eder que por velocidad superaba a Piqué y se plantaba solo ante De Gea. De nuevo el meta español desbarató lo que era un gol seguro.
Seguía el dominio italiano a la contra y otra vez España estaba sin respuesta. El juego de repartía entre el estéril toque de balón español y los acercamientos de peligro italianos.
Los minutos se consumían y Del Bosque buscó otro cambio de rumbo con Lucas Vázquez por Morata. La Roja empezó a apretar en los últimos 20 minutos de partido y empezó a crear ocasiones.
Primero Vázquez, aunque en fuera de juego, y después un doble zapatazo de Iniesta y Piqué estuvieron a punto de significar la igualada. Pero el gol no llegaba y quien si lo hacía era la mala noticia de la lesión de Aduriz. España se quedaba sin delanteros puros y Del Bosque metía a Pedro para buscar el milagro.
Restaban diez minutos e Italia se apuntalaba para lograr la clasificación. Insigne lo intentaba desde lejos pero otra vez De Gea muy seguro despejaba sin problemas. De nuevo España se estiraba hasta el área rival. La Roja tocaba y tocaba buscando su oportunidad.
Esa le llegó a Piqué a un minuto del final. El catalán la tuvo delante de Buffon pero el italiano le aguantó el disparo y fue capaz de desbaratar un disparo que era la mejor ocasión española del partido.
Pero el fútbol hizo justicia con el juego de unos y otros. Italia merecía más que España y en el tiempo de descuento llegó el segundo gol, obra de Pellé, que certificaba la eliminación de La Roja de una Eurocopa que pide un cambio de ciclo en la selección.