A Deschamps no le tembló el pulso. No le gustó el partido de Griezmann y Pogba en el debut de la Eurocopa ante Rumanía, y ante Albania, Coman y Martial jugaron por el delantero del Atlético y el centrocampista de la Juventus. Las dos grandes figuras de Francia se sentaron en el banquillo en el segundo partido de la fase de grupos. Antes de empezar el duelo, el estadio de Marsella rindió un emotivo homenaje a los dos policías fallecidos que fue un minuto de aplausos.
El objetivo de Francia era mejorar la imagen del primer día. Las sensaciones que dejó la victoria ante Rumanía no fue buena, y el comienzo ante Albania no cambió la cara. El balón era galo, pero salvo un cabezazo de Giroud que ni siquiera inquietó al portero albanés, los de Deschamps no crearon demasiado peligro.
Los ataques pasaban por la velocidad de Coman y los desmarques a la espalda de la defensa de Martial. Y ni una, ni otra. Los dos sustitutos de Griezmann y Pogba, tenían la responsabilidad pero la primera media hora de juego de los franceses dejó mucho que desear. Sin ideas en el centro del campo, sin ritmo, sin intensidad. Albania resistía y sin demasiado esfuerzo. Si a Deschamps no le gustó el partido ante Rumanía, su cara en el banquillo era de bronca segura al descanso.
Antes de marcharse a los vestuarios, Albania se vino arriba y, con una jugada ensayada en un córner, cortó la respiración del Velodrome. Los franceses estaban bloqueados y necesitaban un ‘tiempo muerto’. Una referencia en el campo a la que agarrarse y tener fe en alguien.
Y no esperó más Deschamps. Pogba entró por Martial tras el descanso. El seleccionador francés dio marcha atrás en su idea inicial y recompuso el equipo alrededor del centrocampista de la Juventus. Francia, con casi todo encima de la mesa, se llevó el mayor susto del partido. Memushaj remató al palo un centro desde la derecha que golpeó en el poste, y su cabezazo desde el suelo se marchó fuera. El equipo ‘bleu’ respondió de inmediato y Pogba dispuso de la ocasión más clara pero su disparo se fue por encima del larguero. Albania estaba desmelenada, sin el corsé de la primera parte, sin nada que perder ante la anfitriona y con ganas de dar la sorpresa. Sólo faltaba que Francia se lo permitiera.
Deschamps no tenía intención de hacerlo y a falta de 23 minutos, Griezmann entró por Coman, y en menos de un minuto Giroud cabeceó al poste. Francia no había demostrado nada ante Albania y con el paso del tiempo llegaron las prisas. Las soluciones de Francia habían sido corregir los ‘errores’ de Deschamps.
La selección francesa podía dar por bueno el empate tras la victoria del estreno, pero las sensaciones eran incluso peores. Si en el primer partido de la Eurocopa, Francia dejó mucho que desear, ante Albania más aún. Pero todo cambió radicalmente en el minuto 89. Cuando parecía que Francia se iba a pegar un batacazo contra Albania apareció Antoine Griezmann. El delantero del Atlético de Madrid rescató a su selección, y a Deschamps, con un cabezazo cruzado.
En la única ocasión que tuvo, el balón fue a la red. Ya con el viento a favor y Albania volcada en la portería de Lloris, Payet se aprovechó de los huecos atrás. El centrocampista del West Ham sumó otro tanto a su cuenta goleadora, con un con un disparo desde dentro del área. Albania dio la cara y se llevó un resultado que no mereció.