A Gareth Bale no le pesa la responsabilidad de guiar a su selección. Ante Bélgica no marcó, pero estuvo en todos los sitios que sus compañeros le necesitaron. El extremo estuvo en el centro del campo ayudando la salida del balón cuando los belgas apretaron más en la presión, se abrió a la banda para que hubiera más espacios y se incorporó como si fuera un ‘9’ para sorprender en el área.

El delantero del Madrid se exprimió al máximo en el que fue, hasta el próximo miércoles, el partido de sus vidas con su país. Bale jugó gran parte del encuentro por la banda derecha, a pie cambiado, como en el equipo blanco. El galés dio 47 pases con más del 72% de precisión, ganó 14 duelos, recuperó siete balones, hizo tres despejes y recibió una falta.

Con estos números no parece que sea el encargado de llevar el peligro de Gales. Bale estuvo más activo en defensa que en ataque pero también generó una ocasión, tiró una vez entre los tres palos y otra vez fuera. Gales necesitará más en ataque de Bale, pero no puede negarse que el esfuerzo defensivo del extremo contagia al resto de sus compañeros. Ante Portugal, el próximo miércoles, volverán a tener que jugar el partido de sus vidas.