Llegaba Benzema a esta Eurocopa -tras la polémica del Mundial de Sudáfrica, en el que no fue convocado-, como referente goleador de la escuadra gala. Pues bien, dos partidos después del debut de Francia, el bueno de Karim sigue sin ‘mojar’. Y, sin embargo, no nos cabe la menor duda de que Blanc tiene clara la alineación de aquí a que termine el campeonato: Benzema y diez más. Y no se equivoca el míster.
Benzema, bien por inquieto o bien por no mojarse con el chpparrón que ha caído el Donest, ha cogido el campo de Ucrania y lo ha convertido en su casa, metiéndose por donde le ha dado la gana, abriendo puertas, cerrando otras y colándose allá donde le parecía bien. Eso sí, sólo hay una zona que ha respetado escrupulosamente; el área. Por aquí se entiende que el ‘10’ de Francia lleve ya cerca de 180 minutos sin marcar en la Eurocopa. No le preocupa. Ha encontrado otra tarea que nadie parecía dispuesto a hacer en el equipo de Blanc, y que ha sabido ejercer como si llevara haciéndolo desde el patio del colegio. Repartir juego a sus compañeros como en el Madrid reparte balones a la red.
Miramos el mapa de calor y descubrimos que Benzema es un apátrida en campo contrario. No tiene ni país, ni región, y por lo tanto le da lo mismo entrar por una banda que por la otra, o por ninguna y dominar el centro en la línea de tres cuartos. Y, claro, como desde esas latitudes es muy difícil ver portería, pero compañeros hay siempre para dar y tomar, Karim se ha sacado de la chistera 68 pases en los 76 minutos que ha jugado. Todo esto con un 77% de acierto (cifra que podrían firmar Ozil o Xavi Hernández en un partido cualquiera). Y para colmo, dos de esas asistencias han sido el motor de los dos goles de Francia para ganar a Ucrania. Menez y Cabaye ya saben a quién tienen que invitar esta noche a la primera cerveza.
Después de ver a Fábregas en la primera jornada y a Benzema contra Ucrania, nos preguntamos si no será ésta la Eurocopa de los papeles cambiados. Seguro que Karim no estará tan contento, al menos no hasta que vea puerta, pero lo que está claro es que si él deja de fabricar el gol francés no parece, a priori, que haya nadie en condiciones de ocupar ese lugar y de hacerlo tan bien.