Guillermo Salgado quiere obligar a algunos vecinos del barrio, entre ellos Tirso, a que vendan sus locales y sus casas. Pero sus métodos son bastante drásticos: le pide a Nata que abra un narcopiso justo al lado de la ferretería para llenar la calle de drogadictos.
Tirso no está dispuesto a que siga abierto ese local y tras descubrir que el dueño es el empresario, el ferretero va a hablar con él para que denuncie esa ocupación y así la policía pueda actuar. Pero Salgado se niega, tiene miedo a las represalias de esos traficantes.
Al ver que el exjefe de Jimena no les va a ayudar, Tirso decide actuar por su cuenta con sus amigos. Armados, los Robin Hood van a actuar de nuevo en el barrio... pero un aviso de Nelson a Irene lo va a cambiar todo...