Tirso ha ayudado a Gladys para que deje de ser una okupa. Ha convencido a Alicia para que viva con la cubana y su hijo, y la cuide. Las dos están encantadas, Gladys tiene una casa donde quedarse y la vecina de Tirso ya no está en la residencia.
Alicia le pregunta si tiene novio, pero ella pasa de los hombres, son como la sal, un poquito vale pero mucho fastidian todo. Pasa de todos menos de uno, de Ezequiel.
Cuando el policía llega a la casa para recoger a la cubana, Alicia mantiene una charla con él. Y los dos se dan cuenta de que no se gustan. Para que Gladys no se vaya con él, la vecina de Tirso finge encontrarse muy mal. Si algo le pasa, la cubana se queda en la calle, por eso, decide cancelar la cita y quedarse con ella. Algo que revienta a Ezequiel.