Tirso acepta ir al médico, tras mucha insistencia por parte de su familia. Pero cuando llega a la consulta, el neurólogo no tiene buenas noticias para él. El ferretero sale aturdido de la consulta y toma una decisión que marcará un antes y un después en el barrio de Entrevías.
Abantos sufre un brutal atropello por parte de los hombres del Quini, del que se despierta dos días más tarde, pero decide abandonar el hospital sin recibir el alta médica.
La prioridad de Abantos es la de recuperar la ferretería que Santi perdió en la partida de póker contra los hombres de Quini, pero Gladys le hace entrar en razón cuando le confiesa que se siente totalmente desbordada por todo lo que les está ocurriendo últimamente, y más aún por la entrada de Nelson en prisión.
Tirso acude finalmente a la consulta del neurólogo, encargado de valorar sus daños tras el accidente. El médico no tiene buenas noticias para Abantos: le comunica que tiene una masa en el lóbulo occipital y que tiene que ser operado de urgencia.
Abantos abandona la consulta muy confundido y en vez de dirigirse a casa, toma rumbo a ver a Dulce. La ahijada de Ezequiel le había ofrecido un trato horas antes: robarle a El Quini parte de su último botín, de modo que podría comprarle la ferretería con su propio dinero.
Aunque Tirso se negó a hacer un trato con Dulce en un primer momento, cuando recibe el diagnóstico del neurólogo todo cambia…
¿Aceptará Abantos robar a El Quini? ¿Conseguirá hacerse de nuevo la ferretería?