En Comisaría la búsqueda del asesino de Entrevías no cesa. Justo cuando Amanda, Ezequiel y Camila creían que Dominguero podía ayudarles a identificarle reciben una llamada que les complica su investigación de nuevo: un nuevo cuerpo calcinado ha aparecido en el barrio y cuando llegan, descubren que se trata de Dominguero.
Ya son varios los cadáveres calcinados que han aparecido en Entrevías y aunque en Comisaría no paran de investigar, la profesionalidad del asesino les tiene despistados por completo.
Tras una larga charla de Camila con Dominguero en capítulos anteriores, la policía descubre que el mendigo vio el rostro al asesino cuando quemaba uno de los cuerpos… Se trata del único testigo y deciden interrogarle a la mañana siguiente.
Romero descubre las intenciones de los agentes y de Dominguero y cuando este se disponía a entrar en casa de su hermana a pasar la noche… Le hace una visita poco agradable.
En Comisaría están extrañados por la desaparición de Dominguero y no se imaginan que una llamada que reciben les iba a despejar sus incógnitas.
Camila y Ezequiel acuden a la nueva escena del crimen, donde encuentran otro cuerpo completamente calcinado. En las inmediaciones de la escena del crimen, Carmila encuentra el característico gorro de Dominguero. En cuanto lo ve y mira a Ezequiel, el dúo de policías se da cuenta de que se trata de su cadáver.
Ante este nuevo crimen, Camila y Ezequiel creen que el asesino debe ser alguien de Comisaría, porque solo ellos estaban al corriente de que Dominguero era el único testigo.
Cuando comparten esta teoría con Amanda, la comisaria recuerda que compartió esa información con alguien más, René. Aunque le interrogan, pronto descubren que su coartada es cierta y se encuentran de nuevo en un mar de dudas.
¿Conseguirá Romero seguir ocultando su identidad por mucho tiempo?