Santi no está pasando una buena racha. Su mujer quiere divorciarse y él se establece temporalmente en casa de su padre, Tirso. En este capítulo, el ferretero aconseja a su hijo que tiene que ser más duro con su mujer, Fani, y luchar por lo que es suyo.
Santi sigue el consejo de su padre y parece contento tras la charla con su mujer. Pero a la mañana siguiente, cuando cree que ella va a visitarle y que quizás pueden arreglar la situación, se encuentra con un mensajero que le entrega los papeles del divorcio.
El hijo de Tirso tiene un ataque de nervios y se decide a hacer una locura. Tirso y Maica consiguen dar con el paradero de Santi, pero ¿conseguirán sus padres detenerle o será demasiado tarde?