Ezequiel despierta de la siesta y se dirige a una discoteca para reencontrarse con Dulce, su ahijada. Le confiesa que no ha perdido la memoria, sino que lo está fingiendo porque tiene un plan para acabar con los pandilleros que intentaron matarle y hacerse con el barrio. Como parte de este plan, propone a Dulce que ocupe el lugar de Nata, pero su ahijada no acepta el trato, ya que no quiere saber nada de su antiguo barrio, Entrevías.
Por otro lado, Tente, primo de Nata, y otros de sus pandilleros, ven que Ezequiel está de vuelta y no les hace ninguna gracia.