La relación de Rocío Carrasco con su padre era excepcional. La hija del boxeador y Rocío Jurado ha relatado en más de una ocasión que sentía verdadera devoción por su padre, un hombre que, en sus propias palabras, dejó de lado su carrera en el mundo del deporte para dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de su hija pequeña, algo que en la época no era común en un hombre.
Rocío Carrasco valora muchísimo el hecho de que su padre antepusiera la carrera de su madre a la suya propia, algo que se nota en el cariño con el que la hija de la más grande habla del boxeador: “Mi padre era el mejor ser del mundo, me adoraba a mí y adoraba a mi madre”. Tanto es así, que Rocío no duda a la hora de asegurar que su padre murió enamorado de su madre.
En este segundo capítulo de ‘En el nombre de Rocío’, Rocío Carrasco ha leído una carta que su padre le envió cuando ella solo era una niña, unas líneas en las que queda patente el profundo amor que se profesaban. En la carta, Pedro Carrasco bromea sobre su por entonces cuñada, Gloria Mohedano, diciéndole a su hija con tono de humor que “si comía mucho se le iba a poner el culo tan gordo como a la tía Gloria”.