La hilera de luces que se ve por la noche no son estrellas ni es un OVNI
La empresa de Tesla SpaceXh a lanzado varios satélites dentro del proyecto Starlink para hacer llegar el Internet a las zonas más remotas del mundo
En las redes sociales, la teoría más repetida era la de los OVNIs
¿Has visto una hilera de luces en el cielo esta noche? No has sido el único, y no, no estás perdiendo la cabeza con el confinamiento. No es un OVNI, ni la lluvia de estrelas liridaslluvia de estrelasliridas que ha alcanzado su pico de actividad esta semana. La respuesta a los misteriosos puntitos que han iluminado el firmamento es otra: los satélites que Tesla ha puesto en marcha para que el Internet llegue a todas partes. Saluda.
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Internet para todos, un proyecto de Tesla
Elon Musk, el señor detrás del imperio Tesla, ha conseguido que el hashtag #LucesEnElCielo tuviera mucha actividad esta semana. Su proyecto se llama Starlink, de su empresa SpaceX. Cuando todo se apaga, un tren de luces desfila por el cielo, y aunque lo hace desde hace aproximadamente un mes, estos días se ha disparado la fascinación.
El objetivo es que la banda ancha llegue a las zonas más remotas del planeta. Solidario, pero controvertido. Hay a quien no le parece bien, puesto que no son los últimos que Musk mandará a la atmósfera, y a medida que vaya sumando a la flota la cifra será de más de diez mil satélites.
Esto es lo que se veía. Un parpadeo, una hilera de luces y, en algunas zonas, un destello violeta menos nítido:
¿Qué pensaba la gente que era?
Mucha gente no estaba al tanto, y en la última semana se han hecho cavilaciones de todo tipo en las redes sociales. Que si cielomotos, que si OVNIs, estrellas… Un puñado de bulos que, eso sí, han servido para sacar a muchas personas a la ventana y mirar al cielo. Una contribución a tanta expectación era también un curioso pitido que se escuchaba, difícilmente explicable. Un efecto más de la flota de SpaceX.
No es que antes no hubiera satélites, pero hay que recordar que se ha parado el tráfico rodado y aéreo casi por completo, así como la actividad humana en la calle. No estamos acostumbrados al silencia, ni a la falta de contaminación lumínica. El horizonte permite distinguir el paisaje a muchos kilómetros de distancia, y a nuestros oídos y llegan sonidos antes desapercibidos.