Está claro que los forasteros han llegado a Peñafría para revolucionarlo todo. Puede que hayan alterado bastante la vida de paz y armonía a la que estaban acostumbrados sus habitantes, pero también están llenando las calles de vidilla con sus historias y sus anécdotas, algo que no ocurría desde hace mucho tiempo en el pueblo.
En el nuevo Peñafría, cada uno aporta lo que puede y se busca la vida como le dejan. Por eso, Amaya ha decidido poner al servicio de las gentes del pueblo sus dotes de estilista. Eso sí, cobrando, por supuesto. Y se ha estrenado con la triada rural: Arsacio, Cándido y el Ovejas.
Después de ver el resultado de sus cambios de look, abrimos debate.
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