Isa ha decidido instalarse en Peñafría con Pablo, algo que a Pablo le ha sorprendido mucho pero también le ha traído un problema. Y es que el urbanita le fue infiel a su chica con Laura, y ahora encima quiere ser su amiga.
A la urbanita le ha caído tan bien Laura que quiere estar a todas horas con ella. Tanto tanto que hasta la quiere ayudar con sus tierras, a ella se le dan muy las plantas y no le importaría trabajar en el campo. Esta idea le ha horrorizado a Pablo pero mucho más a Nacho, que no para de decirle que le tiene que contar a su novia lo que ocurrió una noche en el hostal con su amiga de Peñafría.
Encima ha venido Nacho a calentarle la cabeza, porque resulta que le quiere liar con Laura, cree que hacen muy buena pareja… Pablo se empieza a agobiar y le dice a su amigo que le tiene que decir a su novia que le ha puesto los cuernos. Así que lo mejor es hacerlo durante una cena romántica.
Pablo se arma de valor y le empieza a contar lo de su noche en un hostal con Laura, “no sé si fue le cansancio o que me sentía fatal… por lo que sea. El caso es que Laura y yo tuvimos un escarceo”, le cuenta. “¿Define escarceo?”, le pregunta ella, “que hicimos el amor”, le contesta. Pero sexo sin amor, porque él quiere a su chica.
De repente, Isa se levanta y con lágrimas en los ojos le dice que no pasa nada, que no llora de pena, que llora de alivio, y es que “yo me acosté con Íñigo”, le confiesa.