Con la llegada de los urbanitas a Peñafría, María se ha convertido en una férrea defensora de los derechos de la mujer. La esposa del Arsacio está cansada de no disfrutar de la vida y, ahora, ha descubierto que sus relaciones sexuales tampoco son satisfactorias. Por eso, María ha contado a su marido cuál es su problema ¡y los dos se han puesto manos a la obra para solucionarlo!
Todo empezaba cuando la María pillaba, por sorpresa, a Moncho y a Ruth practicando sexo en su casa. Ruth explicaba a María qué es el sexo tántrico y la definía como una “insatisfecha de manual”. “¿Tú no gimes cuando lo haces?”, le ha preguntado extrañada.
De vuelta en su cama, María y Arsacio intimaban como de costumbre, pero ella se daba cuenta de que algo no funcionaba: “Ruth se pone encima de Moncho y se miran fijamente juntando cuerpo y alma”, intentaba, sin éxito, explicarle a su marido.
Decidida a solucionar el problema, María ha vuelto a casa de Ruth y Moncho para explicarles su situación: “Nosotros lo hacemos con la luz apagada, dos achuchones y un padre nuestro”. La habitante de Peñafría ha descubierto el mundo de los preliminares, se ha enterado de que es una mujer “clitoriana” y se ha llevado un anillo vibrador para animar la juerga en la cama.
María ha exigido a su marido incluir novedades en el sexo y le ha confesado que necesita “liberar” más su cuerpo. Él, que no se ha enterado de nada, no solo se ha negado a probar cosas nuevas en la cama ¡sino que ha pensado que el anillo clitoriano era un anillo al uso!
Al final, Arsacio ha accedido a probar el sexo tántrico y los dos han intentado “conectar cuerpo y alma” entre velas, incienso y un ambiente de lo más romántico. ¿El resultado? Un fracaso estrepitoso. Al Arsacio se le ha dormido una pierna y, dada la negatividad de su marido, María ha tomado una decisión: ”Conmigo se te acabó el sexo, ¡Te cierro el grifo!”.