Todo sucedió el pasado sábado, 9 de junio, en Estepona. Tres amigos (un chico y dos chicas) de 18 años viajan hasta la localidad malagueña para celebrar el final de los exámenes de selectividad. Al llegar a la ciudad, dos policías locales les paran para realizar un control de alcoholemia. Los jóvenes reconocen que han bebido y, para evitar la multa, quedan con los agentes de policía para tomar algo en la casa a la que iban.
Los agentes piden un taxi para los jóvenes y ellos mismos llevan el coche hasta la vivienda, después de haber conseguido el teléfono de uno de los jóvenes. Posteriormente, y siempre según el testimonio de la denunciante, los agentes se presentaron de uniforme en el piso en el que estaban las dos jóvenes con cocaína y esnifaron la droga sobre el cuerpo desnudo de una de ellas. En ese momento una de las jóvenes sale corriendo de la casa y llama al 061. Mientras, el joven intenta evitar que la situación vaya a más, pero los agentes le sacan de la habitación y, supuestamente, agreden sexualmente a la chica.
Cuando llegan la policía y los sanitarios al domicilio se inicia el protocolo de agresión sexual. La joven necesita ser atendida en el hospital de Costa del Sol. Los dos policías locales, de 37 y 38 años, han pasado la noche en el calabozo tras ser detenidos. El ayuntamiento de Estepona ha ordenado que se les suspenda de empleo y sueldo.
El reportero Jorge Luque ha aportado más datos sobre la detención de dos policías locales en Estepona por supuestamente agredir sexualmente a una joven de 18 años. Según el periodista, los dos agentes llegaron a Estepona de sus anteriores destinos, Ronda y Ciudad Real, y a uno de ellos se le llamaba 'el Ken', por su parecido al novio de la muñeca Barbie.
El periodista, confirma, además que no detuvieron a los jóvenes en un control de alcoholemia rutinario, sino que les pararon al sospechar que el conductor estaba ebrio y asegura que los policías se dirigieron al apartamento de los jóvenes en el vehículo particular de uno de ellos. Según el testimonio del joven que acompañaba a las dos chicas, mientras hablaban en el portal de la casa, uno de los agentes le quita las llaves y dice "vengs, todos para adentro", antes de suceder la presunta agresión sexual.