Dana es una víctima de explotación sexual por mafias del Este. Esta chica fue engañada y drogada antes de venir a España. Antes de que ella saliera de Rumanía sus captores ya habñian requisado su documentación. “Me amenazó con la pistola antes de embarcarme”, explica Dana. Una vez en España, Dana fue descubriendo poco a poco la realidad de su nuevo trabajo de camarera. Cuando fue con una chica y uno de los chicos a por ropa nueva, la ropa que le compraron no era para una camarera: “Yo me esperaba un traje negro, camisa blanca, pero era todo lo contrario”.
Su vida en el prostíbulo era un infierno, donde las palizas eran diarias, llegando incluso a prohibir a las chicas llorar. Su primera noche en el local fue la primera vez que fue violada: “Fue mi trauma, llegó a la habitación y me violó. Me enseño como tenía que hacer las cosas”. Las chicas tenían que presenciar como las otras chicas recibían palizas, llegando a ser obligadas a tener más de 10 clientes al día: “Si no llegábamos con ese dinero la paliza era más fuerte”. Fue uno de los clientes del club el que ayudó a Dana a escapar: “Le dije que si me ayudaba a salir, y que si no, me tiraba por la segunda planta”. Finalmente esta chica logró salir un dñia a comprar la comida, siendo recogida por este cliente que la ayuda a volver a su casa en Rumanía.