Cruz Morcillo ha adelantado en 'AR' nuevos datos sobre el registro de agentes de homicidios, de la policía científica y de la policía de Pontevedra en una propiedad de Julio Araújo, expareja de la desaparecida Sonia Iglesias. La propiedad que se está inspeccionando se encuentra en junto al cementerio de San Mauro, en Pontevedra. La colaboradora del programa ha comentado que están utilizando un georradar que detecta movimientos de tierra. Además, ha repasado lo que ocurrió en la mañana del 18 de agosto de 2010, cuando desapareció Sonia. Araújo, por entonces pareja y padre de su hijo, que entonces tenía ocho años, se convirtió desde el primer momento en el único sospechoso de la desaparición de Sonia Iglesias, pero el caso quedó sin resolver y Araújo quedó en libertad ante la falta de pruebas para mantenerlo en prisión.
La familia de Sonia Iglesias siempre ha mantenido la sospecha de que su expareja, Julio Araújo, tuviera algo que ver la con la desaparición. En diciembre de 2013 llegó a pedir a la jueza que llevaba la instrucción del caso que le realizaran una prueba neurofisiológica a Araújo.
Ana Rosa Quintana y sus colaboradores han podido hablar a través de una llamada telefónica con la hermana de Sonia Iglesias sobre el nuevo registro que la policía está haciendo en una casa de Pontevedra, siete años y medio después de la desaparición. Mari Carmen Iglesias asegura que la familia se ha enterado de este nuevo registro a través de la prensa y comenta: "Su pareja sabe mucho más de lo que dice y si es culpable o no, lo deberá demostrar la policía". Además, confirma que Sonia vivió con Julio Araújo en esa casa que están registrando antes de que naciera el hijo de ambos y que la casa tiene un pozo. "La unidad de subsuelo está participando en la búsqueda", le ha comentado Cruz Morcillo.
A las 10:30 horas del 18 de agosto de 2010, Sonia Iglesias fue vista por última vez con vida por dos testigos. Ella era la responsable de ventas de una tienda de ropa Massimo Dutti y tenía que estar en su puesto de trabajo a las 13:30 horas, pero nunca llegó. Su pareja, Julio Araújo llevó en coche a Sonia y la dejó en una calle cercana a una zapatería a la que ella llevó unos zapatos para arreglar. El testimonio de Araújo levantó la sospecha de los investigadores al decir que la dejó en otra calle porque había un embotellamiento, algo extraño en el mes de agosto. Desde entonces nunca más se supo del paradero de Sonia. ¿Qué le sucedió?
Araújo declaró que, tras dejar a Sonia, regresó a su casa y se puso a planchar. Se convirtió en el único imputado del caso, pero la jueza le dejó en libertad al no encontrar los indicios suficientes para culparle de la desaparición. En la actualidad, Julio Araújo vive con su hijo, que ya tiene 16 años. Casi ocho años más tarde, el caso de Sonia Iglesias ha sido reabierto judicialmente.