El hombre al que acusó la víctima de difundir el vídeo sexual en el despacho de recursos humanos al que fue a pedir ayuda antes de quitarse la vida no es el mismo que la semana pasada se presentaba voluntariamente a declarar. El que acudió a comisaría fue pareja de la víctima, estaba presionado por su entorno pero aseguró ante los agentes no haber difundido ningún vídeo. En su reunión con recursos humanos, la joven señaló a otros dos trabajadores de la empresa a los que había enviado las imágenes años atrás y de los que sospechaba. La investigación se centra ahora en el otro sospechoso, que se encontraba en su puesto de trabajo el día que la mujer de 32 años decidió suicidarse.