El criador de reses bravas Antonio González, propietario de la ganadería de Cantinuevo, fallecía a los 76 años después de cuatro días ingresado en la clínica La Zarzuela de Madrid, donde ingresó después de varios días con síntomas de coronavirus después de haber estado en contacto con un positivo y sin que desde el teléfono de emergencias considerasen que tenía que ser trasladado a un hospital.
Su mujer, Ángeles Continuevo, ha entrado en directo en 'El Programa de Ana Rosa' para contarnos cómo vivieron esta pesadilla que terminó de la peor manera posible: con la muerte de su marido.
Sin poner controlar las lágrimas de desolación y también de rabia por la negligencia que considera que ha terminado con su marido, Ángeles asegura que llamó en varias ocasiones al teléfono de emergencias para posibles infectados de coronavirus y, a pesar de que su esposo era un paciente de riesgo, solo le recetaron paracetamol y le aseguraban que "no tenía ninguno de los síntomas".
Después de varios días sin poder comer y ya con problemas de respiración, decidieron no hacer caso a las recomendaciones médicas y llamaron a un centro privado, donde les pidieron que fuesen con urgencia al hospital. Ya allí, después de someterse a las pruebas, les comunicaron que su marido "tenía coronavirus y había llegado con tan solo medio pulmón".
Después de no reaccionar bien al tratamiento que le pusieron, su marido fallecía "solo". Ahora Ángeles se echa las culpas de todo por no haber ido antes a un hospital, pero ella solo seguía las recomendaciones médicas para no saturar los centros.
Llena de rabia por todo lo que ha pasado, Ángeles ha comunicado que ya está en contacto con un abogado para que la muerte de su marido, que ella considera como una "eutanasia involuntaria porque no le prestaron ayuda", no quede impune.