La suegra del presunto asesino de Bilbao: "Él dice que es inocente, no puedo decir que fuese violento o gritara a mi hija"
"Cuando le digo que vamos a la Policía, me dice 'me cambio y me voy', él me dice que es inocente y que le crea"
"No hemos hablado con él y queremos estar al margen, desde que lo detuvieron no sabemos nada más"
"Si él ha hecho algo, que pague. Pero vamos a esperar a que un juez lo condene"
'El programa de Ana Rosa' entrevista en directo a Mónica, la suegra del presunto asesino de Bilbao. La mujer explica cómo el novio de su hija se desplazó hasta Irún para vivir en su domicilio, ayudó en el día a día del negocio y el carácter tranquilo que tenía en el día a día.
La suegra del presunto asesino explica cómo el joven se entregó a la policía: "Yo le llamo, le digo de lo que me he enterado. Él me dice que está mal, que no da crédito y que no se puede levantar de la cama". Después, Mónica añade: "Luego cogemos y vamos a la Policía".
"Cuando le digo que vamos a la Policía, me dice 'me cambio y me voy'. Me dice que le deje ir solo, que me pide perdón a mí por involucrarme y que crea en su inocencia. Él solo toma su decisión, dice que es inocente en esto", dice la mujer rota ante la reportera.
En cuanto a la actitud del presunto asesino, matiza: "Conmigo ha sido respetuoso, humilde y no tengo nada malo que decir de él". Luego, Mónica deja claro ante la audiencia: "No hemos hablado con él y preferimos estar al margen. No queremos saber nada más, desde que lo detuvieron no sabemos nada más".
"Yo doy la cara porque no tengo nada que ver, él me dijo que era inocente y que creyese en él. Si él ha hecho algo, que pague. Pero vamos a esperar a que un juez lo condene", dice con el gesto serio. Eso sí, Mónica apunta: "Hay unas familias que están sufriendo más que nosotros, ellas quieren justicia".
El presunto asesino de Bilbao trabajaba en Irún en el negocio de la madre de su novia. Mónica, la suegra, explica cómo era el joven: "La relación era como la de un hijo, le decía una cosa, bajaba la cara y lo hacía. Era como su madre, nunca me contestó ni me miró mal".
Además, Mónica añade que "no puedo decir que fuese violento... ni con mi hija. Ella dice que nunca le gritó, siempre era de la misma manera". Por último, la suegra declara que sólo sabe qué movimientos hizo a partir del 23 de febrero: "Ahí es cuando lo recojo en la estación de autobuses y se queda conmigo".