Randy Koussou Alam-Sogan, el empresario conocido como el Príncipe Africano que ya fue detenido en el mes de octubre por celebrar una multitudinaria fiesta ilegal con actores y jugadores de la NBA, lo ha vuelto a hacer. En esta ocasión, Randy ha alquilado un lujoso chalé a las afueras de la capital. ‘El programa de Ana Rosa’ ha tenido acceso en exclusiva a unas imágenes que demuestran que Randy Koussou lo ha vuelto a hacer. El Príncipe Africano ha sido el responsable de celebrar una nueva fiesta ilegal de VIP.

El empresario habría alquilado un precioso chalé de lujo en un prestigioso barrio de Madrid y habría celebrado una fiesta para 300 personas, entre las que se encontraban VIP de nuestro país. El precio de la entrada ronda los 600€ y según se puede ver en las imágenes nadie lleva mascarilla ni se guarda ninguna medida de seguridad. Un testigo de la fiesta asegura que hay gente por todos lados, se sirven cachimbas y venden hamburguesas a 10 euros.

Según ha afirmado un testigo de la fiesta que ha hablado en exclusiva para 'El programa de Ana Rosa', en el interior de la misma se encuentran futbolistas y rostros muy conocidos de la noche madrileña, y que el precio de la entrada varía en función de los servicios que se soliciten. Son fiestas ilegales que se celebran en la misma casa de Aravaca a la que la policía no puede acceder y que simplemente puede multar a los asistentes en controles de alcoholemia, por saltarse el toque de queda o pasear con bebidas alcohólicas en la mano.

Un equipo de investigación de ‘El programa de Ana Rosa’ fue testigo directo de la actuación de la policía en las inmediaciones del chalé en el que se llevaban celebrando fiestas desde el jueves y ha podido hablar con personas que fueron multadas por conducir con exceso de alcohol o se encontraban en la calle sin poder acceder a la fiestas. Además, fuimos testigos de la fuga de un narcotraficante que salía de la fiesta con una voluminosa bolsa de plástico. Además, los periodistas han podido saber que el Príncipe Africano estaría asociado con los principales empresarios de la noche madrileña, quiénes le enviarían a los asistentes a la fiesta.

A finales de octubre, Randy fue identificado en una fiesta privada que se saltaba todas las normas marcadas por la Ley en el momento de pandemia que atravesamos. En esta ocasión, la policía intervino una fiesta ilegal privada con 36 personas encerradas a cal y canto, sin mascarillas, consumiendo tabaco, drogas y un hombre fuera que les avisaba si divisaba presencia policial. Según informó la policía, las 36 personas fueron retenidas hasta que terminó el toque de queda vigente en ese momento a las 06:00 de la mañana,