Tras el asesinato de Isabel Carrasco, Raquel Gago fue a un centro cultural en el que recibía clases de restauración. Durante una hora permaneció allí, hasta las 18.30 h. aproximadamente. Según el conserje, Raquel llegó y se fue tranquilamente del centro y a las 19.40 h. llamó al centro para llevar unos muebles que tenía para restaurar.