Tras ser detenida por tirotear a Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, Montserrat González confesaba a la policía que el arma del crimen no estaba en el río sino que estaba en manos de una tercera pesona. "La pistola la tiene una persona que no puedo decir quién es", les dijo a los investigadores, que fueron testigos de la reacción de Triana. "Mamá, no se te ocurra decir quién la tiene", dijo Triana, que en voz baja le dijo a su madre que era policía local.