Veinte meses después del asesinato de Isabel Carrasco y cuando el juicio por su muerte está visto para sentencia, 'El programa de Ana Rosa' ha hablado en exclusiva con una de las reclusas que vive en el mismo módulo que ellas. "Son inseparables, son muy chulitas y se creen las más poderosas. Intimidan, te dan un poquito de miedo."
Según relata esta reclusa, madre e hija se comportan mal con el resto de las reclusas. "Con nosotras se comportan fatal, para ellas no somos nada", dice esta presa, que asegura que Montserrat las amenaza e intimida para evitar que se metan con ellas. "Las evitamos, si vemos que están en un lugar pasamos por otro lado para evitar problemas. Dice que ella ya mató a una y que lo volvería a hacer para que no se metan con ella o con la hija, es su manera de intimidarnos."
Una relación muy 'rara'
La relación de madre e hija es muy 'rara'. "No la tenemos como muy clara. No es como una madre e hija, es más como una relación de pareja, como muy posesiva. No quiere que esté nadie alrededor de su hija, solamente ella", dice la reclusa, que asegura que la ideóloga es la hija. "La que trama es la hija pero la mamá es la que pone la voz. Nadie quiere estar al lado de ellas, las evitamos."
Su rutina en prisión
A primera hora de la mañana, Montserrat y Triana bajan a desayunar con el resto de las reclusas. Ellas son siempre las primeras en la fila. "Toman más o menos lo mismo: tostadas, su pan, mucho café. La hija no quiere comer pero la mamá siempre la está obligando." Terminado el desayuno, realizan actividades. "A veces la madre va al gimnasio, otros días están en la peluquería. Después de comer ya subimos, nos vuelven a hacer el recuento y ya hasta que nos abren de nuevo a las 17.00 h", dice esta reclusa, que ha asegurado que no hacen caso a nadie en prisión. "No se arrepienten de lo que han hecho, ni colaboran con las cosas de limpieza. No hacen caso para nada, ni a funcionarios ni a nada. No respetan los horarios, les da igual todo. No les da miedo."
Madre e hija comparten celda. "Tenemos una litera, la madre duerme abajo y la hija arriba. Tenemos dos escritorios, dos mesas y dos áreas para poner ropa, la ducha y el baño", dice esta reclusa, que ha asegurado que madre e hija presumen de todo lo que tienen. "Ellas nos dicen que ellas se fuman el cigarrillo y nosotras las colillas. Siempre presumen de eso, que tienen dinero, que no les falta el dinero. Todas las semanas les ingresan su dinero", dice la reclusa, que asegura que les gusta llamar la atención. "A la madre le da a veces por meterse en la ducha y salir con la ropa mojada", confiesa esta reclusa que tiene claro cuál sería la única manera de castigarlas. "El único castigo de ellas sería separarlas."