La agresión homófoba de ocho encapuchados en Malasaña finalmente resultó ser una denuncia falsa. Patricia Pardo, tras hablar con fuentes policiales, explica en 'El programa de Ana Rosa' cómo la víctima cambió el discurso para confesar un hecho que "para los agentes es todavía más dantesco y espantoso que la propia denuncia".
Ana Rosa arranca el programa señalando la labor del ministro Grande-Marlaska: "¿Cómo es posible que Patricia Pardo dijera por la mañana que la policía no tenía indicios que refrendara la denuncia y el ministro no lo supiera?". Además, añade sobre el político: "Intentó convertir Madrid en un territorio fascista con cacerías de gays".
La presentadora explica a la audiencia que este suceso era diferente porque "había un matiz, se hablaba de una banda criminal homófoba que se dedicaba presuntamente a ejecutar torturas en el centro de Madrid, entonces fue la máxima prioridad para la Policía Nacional".
A partir de este punto, los agentes "trabajaron desde el primer momento 30 agentes, 20 del grupo del delito contra las personas de la comisaría de centro y 10 de la Brigada de Información". Unos policías que llegaron a realizar a la víctima "hasta tres tomas de declaración, luego un cambio de instrucción, poniéndose la oficial de centro y el propio comisario de la comisaría de Leganitos", explica Pardo.
La figura del comisario es muy importante porque, según Patricia, "es una persona bregada en negociaciones con delincuentes muy peligrosos". Sobre la investigación, los especialistas "sabían que nada casaba, que era muy extraño que un domingo a las 17:00 horas en Malasaña pasara eso, hablamos de una persona a la que le escriben en carne viva la palabra 'maricón' en el centro de Madrid, nada cuadraba, no había testigos que vieran nada, había 12 cámaras de seguridad...".
En esas cámaras de seguridad vieron que "la única persona que aparecía en ellas era él, el denunciante, por lo que era totalmente imposible".
Por otro lado, Patricia Pardo detalla que llegan a la clave del análisis "al investigar en sus redes sociales, por si había amenazas, allí descubren que forma parte de una página de contactos y que ejerce la prostitución".
"Estaba acorralado por las pruebas, la clave fue explicarle que el clima de tensión era bestial, por la tarde iba a tener lugar una manifestación, el ambiente estaba caldeado, le hicieron ver que había que romper la burbuja de una vez por todas...", matiza la presentadora.
Patricia Pardo continúa diciendo que "le hicieron saber que iba a ver disturbios, zona de Madrid destrozadas, daños personales entre manifestantes y policías... en ese momento de derrota, confiesa unos hechos que son para los policías más dantescos y espantosos que la propia denuncia".
"El chico confiesa que ejerce la prostitución habitualmente, que ese domingo por la mañana va a un encuentro voluntariamente a una casa y ejerce unas practicas sadomasoquistas con dos personas. Él, previo pago, accede a que le tatúen y marquen en carne viva la palabra 'maricón", detalla Pardo.