Durante 26 días, Sergio Morate compartió celda con Nicu, un preso rumano condenado por tráfico de drogas en Rumanía. "Lo conocí en el momento en el que le trajeron del calabozo y lo metieron conmigo en la misma habitación. Como es normal, nos presentamos, cosas del estilo "¿Cómo te llamas? ¿De dónde eres?" En cuanto me dijo que era español me di cuenta de que era la persona a la que culpaban del crimen de España porque estaba al corriente de la noticia por la televisión... Al principio, como es normal, le pregunté si tenía hambre, si quería un café y cosas de esas como es normal cuando entras en una celda, depende también de las condiciones que haya. Por suerte, en nuestra celda había casi de todo: comida, agua, refrescos, café... Tenía una mochila con varias mudas y ya está. No sé cómo se comportaba con los otros detenidos porque no tuvo mucho contacto con los demás porque las celdas son compartidas y no tienes muchos contactos con los demás", ha revelado este preso que se ha puesto en contacto con 'El programa de Ana Rosa' a través de una carta.
Según relata Nicu, Morate y él se entendían como podían. "Hablaba con él en italiano y me contestaba en español, puedo decir que nos entendíamos. La primera noche hablamos poco porque era bastante tarde y se acostó porque estaba cansado. El segundo día vi en las noticias lo que se decía de él y lo vimos juntos... Le pregunté qué había hecho en España y me dijo que lo habían detenido por secuestro, pero ya está, es decir, que no entramos en detalles."
Nicu no ve a Morate capaz de cometer los delitos de los que se le acusa. "Por cómo lo describían no me parecía el tipo de persona capaz de hacer eso porque en la televisión aparecía una foto suya en la que salía más fuertote y, mirándole, no le veía capaz de nada porque parecía una persona muy débil y tímida. Sinceramente, no le pregunté nunca si había hecho lo que decían porque no está bien preguntarle a alguien una cosa como esa, sobre todo cuando lo acusan de eso... Sinceramente, no lo creo capaz de haber matado a dos personas porque no me parecía una persona agresiva y me parecía una persona muy tranquila."
La actitud de Morate era normal
La actitud de Morate en prisión no llamaba la atención. "Su actitud era normal, estaba más bien decepcionado por aquello de lo que le acusaba y, como comprenderéis, no te deja indiferente que te acusen de dos crímenes. Unos días después hablamos de forma normal de varias cosas. Le pregunté quiénes eran esas chicas, a lo que él me contestó que una era su exnovia y que la otra era una amiga de Marina."
"Le daban vergüenza las acusaciones que se le hacían"
En su carta, Nicu confirma que Sergio Morate no quería regresar a España. "Me dijo que había hablado con su madre y que en España era un escándalo, es decir, que todo el mundo hablaba de él. Me dijo que hablaba con su madre y que todas las conversaciones que tenía con su madre salían en las noticias. Por lo que entendí, no quería ir a España porque Cuenca era un sitio pequeño y no quería ir allí por la prensa. Habría querido quedarse aquí y ser juzgago aquí o, si lo llevaban a España, que lo llevaran a Madrid, porque no quería ir a su zona porque era una zona pequeña y la gente le conocía y le daban vergüenza las acusaciones que se le hacían... Me dijo, y de esto también me di cuenta, que lo esperaban por todas partes las cámaras de televisión porque con las acusaciones que se le hacían era normal que estuviera en el punto de mira de las cámaras."
Nicu insiste en que la actitud de Morate era tranquila. "Yo le decía a gritos que comiera porque nosotros comíamos más rápido pero él estaba muy tranquilo incluso cuando comía, y entonces le decía que comiera con más ganas. Era un tío normal, comía con nosotros, aunque al principio parecía que no quería comer, pero luego lo convencía para que comiera porque lo veía muy débil en comparación con cómo se veía en la televisión y porque yo no aguantaría mucho si no comía. Cuándo se fue la verdad es que me dio lástima porque me pareció darme cuenta por su cara de que no se quería ir, como si hubiera empezado a acostumbrarse a nosotros. Incluso había empezado a reírse y a bromear con algunas cosas que salían en la tele."
Cuando se confirmó su extradición, Morate se mostró más preocupado. "Me parecía normal porque sabía que volvería a ser blanco de las cámaras y sobre todo porque se iba a España, donde creo que lo esperaba todo el mundo", dice Nicu, que confirma que Morate le preguntó si podían mantener el contacto. "Llegó a preguntarme si quería que siguiéramos en contacto a través de su abogado en España y de mi abogada en Rumanía (Claudia), a lo que le dije que ningún problema y que si quería podía escribirme o a través de su abogado podíamos seguir en contacto para saber qué iba a pasarle. Luego lo vi en el aeropuerto, donde no me gustó nada cómo lo escoltaron, pero es lo que hay, e incluso le dije a Claudia, mi abogada, que no estuvo nada bien, pero es que aquí las maneras son un poco más duras que en otros países."
La madre de Morate comentó a sus compañeras que su hijo estaba muy alterado
Una semana antes del crimen, la madre de Sergio Morate advirtió que el comportamiento de su hijo no era normal. Así se lo transmitió a sus compañeras de trabajo. Según ha revelado nuestro compañero Álex Rodríguez, la madre de Morate les dijo a su compañeras que su hijo estaba bien del cáncer que había padecido pero que psicologicamente estaba muy mal, que estaba muy alterado y que tenía que llevarlo al psicólogo.