Desde el primer momento, el profesor Etxeberria tuvo claro que los huesos pertenecían a niños aunque le costó encontrar los restos del menor de dos años. "No tuve dudas desde la primera caja que los restos eran humanos pero veía sobre todo restos de una persona de seis años. No veía al niño de dos años. En las cajas vemos dos astrágalos, que son huesos del tobillo. Los comparo con dos astrágalos de un niño de seis años y el hueso es equivalente pero naturalmente más pequeño. Lo voy a comparar con un hueso astrágalo de un niño de dos años. Estos dos astrágalos son derecho e izquierdo. En la caja 3B me encuentro otro astrágalo y le dije a la policía que eran humanos y que son de personas de seis años y de otra menor de seis años. Las edades quedan muy bien fijadas por los dientes."