"Mi hija me chupa la vida" "Mi hija me molesta". Esas son algunas de las inquietantes frases que Rosario Portocuando los padres de la abogada la ingresaron en un centro privado a las afueras de Santiago para ser tratada por un cuadro depresivo. Según ha revelado el médico que atendió a Rosario Porto, la abogada manifestó que su hija se había convertido en un estorbo y que ni siquiera quería pensar en qué ponerla ni en qué hacerle de comida.
Rosario Porto se había cansado de ser madre y sus frases al médico que se hizo cargo de su caso le delataron. "Ya no tengo ganas de encargarme de mi hija. Me absorbe la vida", le dijo al psiquiatra. "Lo normal es que la persona empiece con trastornos de conductas y a cualquiera le surge una crisis y en esa crisis puede hacer cualquier cosa", ha dicho el doctor, que ha asegurado que un enfermo puede arrastrar a otras personas. "Claro que puedes arrastrar si necesitas ayuda a quien sea. La persona sana se suele arrepentir, la persona enferma puede no arrepentirse porque no tiene conciencia del mal."
La menor fue adoptada por deseo del padre de Rosario Porto
Asunta fue adoptada por deseo del padre de Rosario Porto y con el paso de los años se convirtió en un estorbo para Rosario, que habría decidido deshacerse de su hija. Alfonso Basterra decidió participar en el crimen por amor a su esposa ya que pensaba que deshaciendose de la niña podría volver con Rosario, que tras la muerte de sus padres habría cambiado de vida. En esta nueva etapa de su vida todo le sobraba, incluida la pequeña Asunta, que se habría convertido en una molestia.
Según las investigaciones, la dependencia de Basterra de Porto era absoluta y pensó que si los dos estaban metidos en el crimen la tendría atrapada y no podría abandonarle otra vez. Sin embargo, Rosario Porto había roto con su pasado y no tenía intención de volver scon Basterra.
El sumario ha desvelado que Rosario Porto y Alfonso Basterra habrían intentado hasta en cuatro ocasiones deshacerse de AsuntaUna de las ocasiones habría sido la relatada por la propia Rosario en su denuncia por desaparición, cuando desveló que en julio un hombre habría entrado en su casa y habría intentando asfixiar a la menor. La policía sospecha que ese hombre era Alfonso Basterra. En las otras tres ocasiones, Porto y Basterra habrían optado por suministrar a la menor ansiolíticos.
La autopsia confirma que fue asfixiada con un objeto blando
Dos meses después del asesinato de Asunta Basterra, la autopsia ha desvelado que la menor presentaba una leve hemorragia nasal y pequeñas heridas en el interior del labio superior, lo que sería un síntoma de asfixia mecánica. La menor fue asfixiada con un objeto blando y habría sido maniatada cuando aún estaba con vida. Además, los pequeños golpes en la espalda son compatibles con la maniobra de arrastre y no hubo ni agresión sexual ni violencia física.