La relación de Rosario Porto con sus padres era complicada. Parecían una familia idílica, sin embargo, la forma en que Rosario habla de sus padres a los psiquiatras desvela que se sentía minusvalorada por su padre, aunque reconoce que sentía gran debilidad por él y que era un hombre muy culto y exigente, tanto con él como con ella misma. "Aparentemente lo tenía idealizado, mitificado. Siempre a la sombra de su padre, que por cierto no debía tener muy buena opinión de ella como profesional. Al menos, los primeros años tuvo que sufrir comentarios despóticos por parte de él", dice el informe. Las palabras hacia su madre son más duras. "Mi madre era imprevisible, no se podía confiar en ella, era contradictoria... Me quería mucho pero le faltaba un hervor.... Era muy descarnada diciendo las cosas y encantadoramente odiosa."