Durante las cuatro semanas que ha durado el juicio por el asesinato de Asunta, Rosario Porto y Alfonso Basterra no se han mirado, ni se han hablado. Tampoco se han visto gesto de complicadad entre ellos. Sin embargo, Porto y Basterra se han protegido e, incluso, se han elogiado como padres. ¿Había un pacto de agresión? Para el fiscal no había ninguna duda. Ninguno hablaría mal del otro.