Sin trabajo, sin ahorros y sin familia, Alfonso Basterra no consigue controlar sus impulsos y comienza a enviar mensajes a Rosario Porto, a la que reprocha que no conteste a sus e-mails. Basterra se mostra despechado, vengativo y trata de minar su confianza. Alfonso Basterra intenta provocar el colapso de Basterra envíandole listados con las tareas de las que él se encargaba mientras estaban casados. Ya en febrero, Basterra le envía un mensaje diciendo que tienen que cambiar de actitud y en marzo otro en tono de despedida, en el que asegura que está empezando de cero, que lamenta que ella no esté en su nueva vida, recuerda los mejores momentos vividos juntos y se despide deseándole suerte. Sin embargo, los mails de Alfonso no terminan ahí. En los siguientes mensajes trata de llevar al límite a su exmujer y su poder sobre ella queda patente en todas sus conversaciones.