Isabel ha perdido la batalla. A su llegada a los juzgados, Isabel se ha encontrado con su exmarido y su abogado y la Guardia Civil ha recogido a los pequeños para hacer efectiva la orden judicial que la obligaba a devolver a sus hijos a México. Desesperada y sin poder hacer nada, Isabel ha contemplado impotente como la Guardia Civil se ha llevado a sus hijos en un furgón.