Tras abandonar la empresa familiar, Francisco decidió montar su propio negocio. Para ello confió en una franquicia. "He invertido unos 200.000 euros y calculo que en dos años puedo tener la inversión recuperada porque el negocio da beneficios. En los tres meses hemos cumplido con las expectativas de facturación y con los pagos a proveedores, empleados y caseros. Estoy tan contento que estoy buscando local para una segunda tienda", dice Francisco que ha dado empleo a diez personas.