'El programa de Ana Rosa' muestra cómo es una noche con los ciudadanos de La Palma. Un auténtico infierno, con el cielo castigado por el color rojo de la lava, que deja a los habitantes de la pequeña isla sin palabras.
El ruido y las explosiones son constantes. Los palmeros se despiertan cada poco tiempo y ven el retumbar de las ventanas junto con el rugido del volcán. "Con el ruido del volcán, con los temblores y las ondas expansivas es imposible descansar durante la noche", declara una vecina de El Paso y continúa: "Confío en que los habitantes vamos a ser más fuertes que el volcán". Sin apenas descanso, los plataneros se levantan temprano a cuidar y salvar lo que puedan de sus plantaciones.
"Lo que viven estas personas es una situación de amenaza constante", comenta María Velasco, doctora en psiquiatría. "Al dormir en hiper alerta tenemos todas las hormonas activadas de supervivencia". El agotamiento de los isleños aumenta junto a la incertidumbre de no saber cuándo acabará la amenaza del volcán, pero se mantienen fuertes frente a lo que pueda pasar.