El dolor de una palmera que pierde su negocio por la lava: trabajadores en el paro y mucha incertidumbre

  • La lava continúa su avance por la isla de La Palma sin descanso.

  • Cierran numerosos negocios y aumentan sin cesar los evacuados.

  • Dudas sobre el riesgo de los palmeros: "Es mejor no pensarlo".

Una evacuada de La Palma cuenta qué siente tras el desalojo en 'El programa de Ana Rosa'. El volcán de Cumbre Vieja continúa arrasando todo a su paso y los negocios más cercanos a las nuevas coladas se ven obligados a cerrar sus puertas.

Los evacuados se han visto obligados a dejar toda su vida atrás, solo pudiendo salvar algunas de sus pertenencias. Ya son casi 7.000 vecinos los que han tenido que abandonar de sus casas y negocios a merced de la lava.

Ana Moreno, una empresaria de la isla cuyo negocio fue engullido por la lava, cuenta cómo se siente su familia al saber que los ahorros de su vida han desaparecido: "Estamos bastante mal, bastante tristes". El volcán acaba con su negocio familiar, una empresa dedicada al tratamiento y reciclaje de material de la construcción que esperan poder volver a poner en marcha cuando todo termine debido a su gran demanda en la isla. Ana cuenta que nunca pensaron que la lava fuera a llegar al solar donde ejercían su actividad pero su marido se empeñó en sacar toda la maquinaria del lugar: "Al principio nunca pensamos que fuera a llegar al callejón de la gata". La casa familiar de Ana y las de sus hijos siguen en pie pese a situarse bastante cerca del volcán. "Es mejor no pensarlo", comenta Ana Rosa a la canaria ante las dudas sobre qué está en riesgo y qué no en la La Palma.

Debido a la difícil situación y la incertidumbre en la que se encuentran, los trabajadores, muchos ya en paro, no saben si podrán volver a trabajar pronto: "Tenemos que esperar a que todo esto termine". La necesidad de trabajo aumenta cada día que pasa y los palmeros no tienen soluciones.

La 'Isla Bonita', ahora arropada por un mar de ceniza gris y lava, espera paciente a recuperar su normalidad mientras que la furia del volcán no cesa. El cono desbordado deja escapar de sus entrañas ríos de fuego que descienden por toda la isla.