Ambos estaban cubriendo el mitin en Lovaina del flamenco independentista Lorin Parys al que también debían acudir Puigdemont y el exconseller Toni Comín. Puigdemont, finalmente, no apareció y envió un vídeo que se proyectó en la pantalla. Sobre las 20:30 de la tarde, los reporteros se sentaron justo detrás de Comín y observaron que estaba recibiendo unos mensajes importantes, por la reacción de éste.
Fernando aclara que estaba a menos de un metro de Toni Comín y que se dieron cuenta de que el exconseller estaba recibiendo mensajes de Puigdemont que le dejaban el rostro desencajado: “Comín se quedó blanco y subió al estrado muy nervioso”. Además, les llama la atención “la actividad frenética” que el exconseller tenía con el móvil.
Todo pasó en un momento: “Disimulé y bajé el foco de la cámara, el plano no duró más de un segundo”, asegura Fernando. Los escoltas de Toni Comín estaban muy cerca, de ahí que la conversación en vídeo dura solo 18 frames.
Sobre todas las teorías conspiratorias que planean sobre este gran bombazo, ambos afirman: “Si fuera un posado habría durado más. Lo único que hemos hecho es congelar la imagen”.
Sin embargo, hasta que no terminó el acto y pudieron volcar las imágenes grabadas en la tarjeta de memoria de la cámara, no supieron que tenían entre manos un material de tal repercusión política y mediática: “Cuando vimos el plano y lo leímos no dábamos crédito”.