Aunque todavía no se sabe al cien por cien cómo será la vuelta al colegio el mes de septiembre, lo que parece claro es que el coronavirus estará muy presente y modificará el día a día en las aulas.
Cada mañana, antes de salir de casa, los alumnos deberán tomarse la temperatura y, si no presentan fiebre, podrán ir al colegio. Al acceder al centro, tendrán que hacerlo en diferentes horarios para evitar tumultos y tendrán que usar mascarilla siempre que no pueda asegurarse la distancia mínima de dos metros.
Al entrar, los niños tendrán que lavarse las manos en el baño o rociárselas con los geles hidroalcohólicos repartidos por diferentes espacios del centro. Los servicios se desinfectarán tres veces al día y se necesita trazar un plan para que los alumnos acudan escalonados, exige Educación.
El Ministerio de Educación da por hecho que en septiembre habrá que seguir manteniendo el distanciamiento social, lo que obligará a reducir el número de alumnos por clase a 15. El trabajo en equipo, muy común en las primeras etapas educativas, será mucho más difícil en la escuela de la pandemia, ya que los pupitres no podrán estar juntos.
Es importante que las actividades sean al aire libre, siempre que sea posible, señala el documento elaborado por el ministerio. El cambio más significativo se producirá en los recreos: se organizarán turnos de pequeños grupos para salir a jugar al patio, respetando los grupos de alumnos que están en una misma clase, y si fuera necesario se fraccionarán los tiempos de recreo. Los alumnos tendrán que mantener la distancia interpersonal de dos metros, con mayor flexibilidad en el caso de Infantil, señala Educación en su protocolo. Los profesores o auxiliares de guardia del patio serán los encargados de vigilar que se cumplen las medidas de prevención e higiene. Una vez finalizado el recreo, los alumnos tendrán que lavarse las manos y rociarlas con gel antes de acceder de nuevo a las aulas.