David Serrano, el dueño de la finca de Totalán en la que cayó el pequeño Julen por un pozo, declara en el juzgado de instrucción número 9 de Málaga en calidad de investigado. Minutos antes de entrar en el juzgado, el propietario de la parcela donde se produjo el trágico suceso ha atendido a este programa. “Soy un desgraciado porque me ha pasado esto, pero yo creo que no tengo la culpa. Confío en la Justicia", ha comentado.
Visiblemente nervioso, el dueño de la finca en la que falleció el niño de dos años, se ha sincerado para este programa. “Estoy un poco jodido, pero con ganas de que todo se solucione y salga toda la verdad. En honor a ese niño que ya no está, que se sepa toda la verdad”, comienza diciendo.
Serrano, el único que declara en el juicio en calidad de investigado (el pocero que hizo la perforación lo hará como testigo) por un posible delito de homicidio imprudente, ha calificado como "accidente" lo que sucedió aquel terrible 13 de enero. "Debido a la desgracia que pasó me veo en esta situación. Es una situación difícil por la ausencia del niño que estaba jugando en mi casa".
En su primera entrevista a un medio y después de contar su versión en una rueda de prensa, David ha pedido "que se hagan las cosas como se deben hacer. Confío en la Justicia". "Yo soy un desgraciado porque me ha pasado esto, pero creo que no tengo la culpa. No deja de ser un accidente".
Sobre las distintas versiones que se han dado y el cruce de acusaciones con el pocero que realizó la perforación, ha comentado: "No quiero nada malo para el pocero ni para mí. Ha sido un accidente y punto y creo que no debe haber ninguna parte afectada, que acabe y ya está y podamos dejar al pobre Julen descansar en paz".