Don Juan Carlos está convencido de que su hijo está preparado para ser Rey. Educados en distintos tiempos, los dos han sido preparados para ser Rey y la relación entre ellos es excepcional, aunque entre existen muchas diferencias. Don Juan Carlos es mucho más espontáneo, aficinado a la caza y los toros. Por su parte, la pose de Don Felipe es más seria y formal y es aficionado a los deportes del motor y el fútbol.