Lo que comenzó siendo una fiesta en O Porriño, Pontevedra, terminó convirtiéndose en una tragedia. La hija de un miembro del clan de los Zamoranos celebraba su pedida de mano cuando el hermano pequeño del líder del clan de los Morones irrumpe en el festejo y comienza a disparar al techo. Acto seguido huye del local y se huye en un coche junto a su cómplice. Dos jovenes resultaron heridos, uno de 18 años y otra de 15.
Ambos clanes mantienen una fuerte rivalidad desde hace más de diez años por el control de los mercadillos gallegos. La policía ha tenido que intervenir en más de una ocasión aunque hasta el último tiroteo parecía haberse acordado una tregua.