La compañera de Informativos Telecinco, Susana Ramos, ha querido dar su versión de los hechos tras recuperar su vivienda que había sido asaltada por una mujer. Sin embargo, mientras explicaba cómo fue el desalojo, la okupa apareció por la calle e increpó a la propietaria de la casa.
La casa ya no tiene okupas, la puerta de la vivienda está tapiada con ladrillos y por el momento no se puede acceder al domicilio de ninguna de las maneras. Sin embargo, cuando todo parecía estar tranquilo para Susana y su familia, tras el desalojo volvió a aparecer la preocupación: "Iba paseando con mi marido y mi bebé cuando nos encontramos a las okupas, a la mujer que las representa".
Esto ocurrió por la tarde, al ver a las okupas a la periodista se le "aceleró el corazón" y se puso "muy nerviosa". Susana Ramos tiene muy claro que "venían a mi casa, estaban merodeando". Sin embargo, el chip de las asaltantes cambió al ver a la periodista: "Me dijeron que venían a pedir perdón porque creían que la casa era del banco".
El encuentro se solventó con Susana Ramos rogándole a las okupas que no lo volvieran a hacer y ellas, después de lo ocurrido, le dieron una respuesta un tanto 'curiosa': "No te preocupes, aquí no".
Durante el directo entre Susana Ramos y Patricia Pardo, la okupa bajó corriendo a la calle y se presentó delante de las cámaras para recriminar a la periodista su actitud: "¡Es mentira! Fui a pedirte perdón de corazón".
Tras esto, la okupa empezó a justificar delante de toda España por qué había entrado en la vivienda que no era suya: "Vine casi llorando, me metí aquí porque no tenía nada más que meterme y perdí dinero... no tenía donde caerme muerta en este barrio con el coronavirus, llevo 5 meses sin trabajar y he perdido la custodia de mi hija".
Luego, la okupa empieza a explicar que "yo cuando me enteré que era de propietario iba a abandonar la casa". Al escuchar esto, Susana responde inmediatamente: "La policía te dio la opción de salir...". La asaltante, que seguía en sus trece, acusa a la Policía de haberla amenazado con "pegar un tiro a mi perro".
Pero lo más llamativo llega después, cuando la okupa le recrimina a la propietaria de la casa que el estado de la vivienda es pésimo: "Había un panel de abejas en el baño, no he traído a mi hija por eso..."
Después de todo, sin que hayan pasado 24 horas del desalojo, la okupa confiesa que está viviendo en otra casa, en el mismo barrio y que es un quinto. "Es una casa que me han dejado, si quieres vivo debajo de un puente", le reprocha la asaltante a Susana Ramos.