Con un infarto cerebral grave y postrada en la cama sin movilidad, el caso de María José dejó de ser preferente en cuanto salió de la uci del hospital salmantino en el que estaba siendo tratada de un aneurisma severo desde el 13 de febrero, cuando el covid-19 aún no había explotado en España.
La atención a los afectados por el coronavirus se convirtió enseguida en prioritaria, así como evitar el contagio en los centros sanitarios al resto de la población. La familia de María José no conseguía iniciar cuanto antes su rehabilitación funcional integral, proceso en el que cada día cuenta para ganarle centímetros a la afección cerebral causada por el aneurisma. Lo intentaron en otros hospitales de Castilla y León, Madrid, Barcelona..., pero ninguno le dio la oportunidad de comenzar el proceso de rehabilitación neurofisiológica. Finalmente ha tenido que ser en Vigo, a más de 500 kilómetros de su residencia abulense.
'El Programa de Ana Rosa' ha podido hablar con Clemente, cuñado de María José: "Está bastante bien. Ya lleva tres semanas en el hospital Vithas de Vigo y estamos muy agradecidos a todo el equipo médico. lo primero que han hecho ha sido hacerle entender lo que está sucediendo y lo que le ha pasado a ella. Está iniciando un camino y haberlo cogido ahora nos va a ayudar a que sus secuelas sean menores, aunque no va a recuperarse al 100%", nos ha contado.