Da comienzo el juicio por el crimen que acabó con la vida del expresidente de la CAM, cuyo único sospechoso es Miguel López, yerno de la víctima. El asesinato se produjo en un lavadero de coches que pertenecía a Miguel. La Policía cree que Miguel lo tenía todo preparado, y que ese día hizo que el trabajador tuviera que salir y no estar en ese lugar. Además Miguel ese día le dio instrucciones a su secretaria para que avisara a su suegra para que fuera a recogerlo. Miguel es el principal sospechoso y pasó 40 días en prisión, saliendo tras pagar 150.000 euros. Miguel López se podría enfrentar a una condena de 24 años de prisión.