Josu Ternera fue símbolo y cabecilla de ETA durante su época mas sanguinaria. Se unió a la organización terrorista durante el franquismo y se encargó de robar los explosivos que volaron el coche de Carrero Blanco. En 1987, como dirigente de la banda terrorista, llevó a cabo algunos de sus atentados más graves, ordenó el de Hipercor en Barcelona y ejecutó el de la Casa Cuartel de Zaragoza. En 2002 se dio a la fuga y participó desde la clandestinidad en las conversaciones con el Gobierno de Zapatero para el desarme y la disolución de la banda. En mayo de 2018, ETA utilizo su voz para poner fin a su disolución.