Pese a la dramática situación que se vive en la Cañada Real, muchos han encontrado allí a su familia. "El poblado engancha porque la gente está muy sola y comparten su mediocre vida. Aunque es un submundo marginal, entre ellos se apoyan", ha dicho la reportera, que intentó ayudar al portero del búnker para que no sospecharan de ellos.